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Los Pensamientos Producen Carácter y Carácter: ¡¡Hábitos!! Por Pastor Francisco Domínguez

 

Escuché no hace mucho tiempo atrás a un conferencista decir: “No puedes evitar que los pájaros vuelen sobre tu cabeza, pero si puedes evitar que hagan nido en ella”.

Hay algunas cosas en la vida que nosotros nunca podremos controlar: las aves que vuelan, las actitudes y acciones de la gente, sus decisiones, etc.; pero podemos controlar nuestros pensamientos, actitudes y acciones. Tenemos la autoridad, la responsabilidad y el poder de tomar el control sobre ellas.
Las decisiones que tomamos comienzan con los pensamientos. A partir de ese pensamiento, desarrollamos una actitud (una creencia, o un estilo de vida) que nos conduce a una acción. Por lo tanto, nuestros pensamientos influyen en nuestro carácter y en nuestras acciones contra los hábitos.
La clave para cambiar el carácter y la conducta en nuestras vidas comienza con entrar en una relación salvadora con Jesucristo.
El proceso del carácter (el alma) y la conducta (la carne) la transformación continúa con la renovación de nuestra forma de pensar según el apóstol Pablo en (Romanos 12:2). En otras palabras, tenemos que cambiar nuestra forma de pensar. No podemos conocer la buena y perfecta voluntad de Dios para nuestras vidas y ponerla en práctica, a menos que cambiemos nuestra forma de pensar.
Ahora, el cambiar la forma de pensar no es algo que hacemos con nuestras propias fuerzas, porque eso sería obras, un tipo de ciencia mental. (Asentir mentalmente las cosas) No podemos tener una mente espiritual sin la ayuda del Espíritu Santo (Rom. 8:7-8). El Espíritu Santo nos ayudará a renovar nuestras mentes, o a cambiar la forma de pensar, cuando nos rendimos a él.
Ciertamente que el controlar nuestros pensamientos es difícil, porque es mucho más fácil para la naturaleza carnal ir con la corriente y dejar que nuestros pensamientos se desenfrenen. Nos gusta poner excusas: “No puedo evitarlo. Así me criaron “, y así sucesivamente. Creemos que la excusa puede justificar nuestro comportamiento. Es cierto que hay razones físicas para una mente fuera de control o una mente no renovada, ¿pero realmente, que tan frecuente es éste caso?
Si vamos a cumplir con nuestro destino dado por Dios y ser todo lo que Dios quiere que seamos, necesitamos una mente sana, una mente que no está corriendo fuera de control y pensando en cosas que son perjudiciales. Debemos proponernos por el poder del Espíritu Santo el pensar en las cosas buenas.
De nuevo el apóstol Pablo nos dice en un pasaje bíblico de Filipenses 4:8: “Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si hay algo digno de alabanza, en esto pensad”.
Podemos controlar nuestros pensamientos, de lo contrario, el apóstol Pablo no habría aconsejado a los Filipenses “en esto pensad”. Así que nosotros determinamos lo que pensamos. No debemos permitir que otros, incluyendo el diablo, determinen lo que pensamos. Debemos pensar en cosas que nos darán paz y que traerán alabanza a Dios en nuestras vidas cotidianas. El “meditar” o pensar en esas cosas significa “tener en cuenta, considerar atentamente, y enfocarse en ello”. No podemos permitir que cualquier pensamiento venga a nuestra mente y pensar en ellos. Debemos elegir activamente lo que vamos a pensar y rechazar lo que está mal.
Si pensamos en las cosas negativas, no vamos a ir en una dirección positiva. Si nos centramos en la injusticia, no vamos a caminar en la justicia de Dios en Cristo Jesús. Si nos centramos en el fracaso, no vamos a caminar en victoria.
Así que, finalmente te motivo a que en éste mes caluroso de Julio te atrevas a disciplinar tus pensamientos lo cual lo lograrás si le pides a Dios su intervención.
Gracias por tu atención y ten la libertad de escribirnos o hacer contacto con nosotros si necesitas ayuda espiritual en cualquier área de tu vida, bendiciones.

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