Inmigración y liberaciones callejeras

El contador está corriendo sobre el final de los fondos federales para los inmigrantes que se alojan en Casa Alitas y el otro sitio de refugio del condado. La estimación es que esos fondos se agotarán a finales de marzo. La semana pasada en San Diego ya vieron terminar su financiación. Desde entonces, han visto aproximadamente 900 liberaciones diarias de inmigrantes en las calles.

Y creo que una facción en el Congreso acoge con agrado una escena caótica en nuestras principales ciudades fronterizas. Se acercan elecciones y si pueden señalar el desorden en las calles, lo utilizarán como munición política. La verdad es que hace aproximadamente un mes había un proyecto de ley bipartidista listo para ser aprobado que incluía financiamiento federal continuo para los costos de alojamiento de inmigrantes. El ala Trump del Partido Republicano acabó con el proyecto de ley, y aquí estamos. Hubo algunas historias locales sobre el tema que se publicaron la semana pasada

Gritar “fronteras abiertas” es una retórica política perezosa. Las cuestiones que rodean este problema son complejas. Incluyen sistemas políticos fallidos en los países en desarrollo de todo el mundo, pobreza severa y violencia en los países en desarrollo, nuestro propio sistema de inmigración que deja a las personas en este país durante años pendientes de la adjudicación de sus solicitudes de inmigración y/o asilo, muy pocos agentes encargados de hacer cumplir la ley en la frontera y muy pocos jueces juzgando los casos, y ahora una falta de financiación de los esfuerzos locales en los que hemos estado comprometidos mientras manejamos la logística que son las consecuencias de esta combinación fallida de políticas federales. Ambas partes tienen un pie en la culpa en este tema.

Cuando los fondos se agoten, ni la ciudad ni el condado estarán en condiciones de retirar de nuestros fondos generales el millón de dólares por semana que ha estado costando hacer la logística sobre el terreno para los migrantes. Seguiremos teniendo el refugio Casa Alitas en funcionamiento bajo la administración de Catholic Community Services (CCS). Seguirán administrando el lugar, con una capacidad de alrededor de 150 personas por día, después de que se acaben los fondos. Dependerán de donaciones privadas de ambos fondos y de las provisiones que usted ha estado trayendo a la oficina del distrito 6 para apoyar este esfuerzo. Esas necesidades siguen siendo lociones, productos de higiene, ropa de abrigo, guantes, gorras, juguetes para niños, protector solar y mochilas. Estamos abiertos de lunes a viernes de 9 a.m. a 1 p.m. Apreciamos el corazón de los tucsonenses dispuestos a dar un paso hacia estas necesidades.

Y esperamos ver alguna acción positiva al respecto por parte del congreso en D.C., pero tengamos en cuenta que esta crisis fronteriza es una elección que el congreso ha tomado a través de un descuido de varios años de soluciones legislativas. Lo único que intentamos hacer a nivel local es gestionar la logística del desastre que han creado.