El uso excesivo de smartphones, especialmente con acceso a redes sociales y aplicaciones que requieren constante atención, puede contribuir al estrés, la ansiedad y la fatiga cognitiva. Al disminuir las funciones de un teléfono, como limitando el acceso a internet o quitando aplicaciones que generan distracción, se busca reducir estos efectos negativos y promover una mayor concentración y bienestar mental.
Un estudio reciente destacó que el uso de teléfonos más simples, como aquellos que solo permiten hacer llamadas y enviar mensajes de texto, podría ayudar a mejorar la salud mental al disminuir la sobrecarga de información y la presión de la conectividad constante. Esto también puede fomentar interacciones sociales más significativas y reducir la sensación de estar siempre “disponible“, lo cual puede aliviar la ansiedad y mejorar la calidad del descanso.
En resumen, un celular con menos funciones puede contribuir a una vida digital más equilibrada y menos estresante, lo que puede beneficiar la salud mental a largo plazo.
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