Científicos de la Universidad de Turín recomiendan tomar vitamina D para combatir la pandemia de coronavirus. El estudio de los profesores de Geriatría, Giancarlo Isaia e Histología, Enzo Medico, fue presentado a los miembros de la Academia de Medicina de Turín, quienes consideraron los primeros resultados como “muy interesantes”.
El documento analiza las posibles causas del contagio de Covid-19 y propone que la vitamina D ciertamente no es una cura, sino una herramienta para reducir los factores de riesgo.
Los primeros datos preliminares recopilados en estos días en Turín, una de las ciudades con más casos de coronavirus positivos en el mundo, indican que los pacientes hospitalizados por COVID-19 tienen una prevalencia muy alta de hipovitaminosis D.
Uno de los principales beneficios de la vitamina D para el organismo es favorecer la regulación de los niveles de calcio y fósforo. A su vez, su deficiencia se asocia a un mayor riesgo de distintas enfermedades potencialmente mortales. Sin embargo, los réditos no terminan allí, ya que puede proteger contra resfriados, gripes y otras infecciones respiratorias, tal como lo afirmó un estudio que reabre el debate sobre la utilidad de los suplementos nutricionales.
Una investigación sobre 25 ensayos clínicos realizados en 14 países, algunos de los cuales dieron resultados contradictorios, halló “la primera prueba definitiva” de la relación entre la vitamina D y la prevención de la gripe, aseguraron investigadores en la revista British Medical Journal (BMJ).
Medidas generales de prevención, se deben asegurar niveles adecuados de vitamina D en la población, sobre todo en los pacientes ya infectados, en sus familiares, en el personal de salud, en los ancianos frágiles, en los huéspedes de las residencias de asistencia social, en personas en aislamiento o cuarentena y en todos aquellos que por diversas razones no se exponen adecuadamente a la luz solar”.
El papel de la vitamina D y cómo conseguirla
El papel de la vitamina D en la salud ósea e inmunológica es conocido desde hace años. Favorece la absorción del calcio en el intestino y se utiliza para muchos procesos biológicos. Además, este micronutriente es necesario para el crecimiento y desarrollo de los huesos en los niños.
También ayuda, junto al calcio, a reducir la pérdida de mineralización ósea en mujeres posmenopáusicas. Por último, la vitamina D también está implicada en otras funciones biológicas. Los músculos, el sistema inmunitario, el metabolismo del fósforo y los dientes son algunas de sus dianas.
La piel produce este micronutriente gracias a los rayos UVB del sol, pero también podemos obtenerla a través de la alimentación. En ambos casos, para poder funcionar correctamente en el organismo, debe pasar primero por unos retoques en el hígado y en el riñón. Entre los pocos alimentos que contienen vitamina D encontramos el hígado, los huevos o los pescados azules. Sin embargo, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición recomienda evitar o limitar el consumo de peces de gran tamaño con alto contenido en mercurio, incluidos el pez espada, el atún rojo, el tiburón y el lucio.