Si creciste en un hogar cristiano, es muy posible que hayas aprendido esta oración de la infancia: “Dios es grande. Dios es bueno”. Damos gracias por nuestra comida. Amén.” Aunque está oración es sencilla y corta, cubre una cualidad clave de Dios: su bondad.
¿Es verdad que Dios es bueno todo el tiempo? Absolutamente, pero muchas personas no viven como lo creen. Puede ser difícil creer en que Dios es bueno por muchas razones, incluso cuando experimentamos el dolor al estar Enmedio de ciertas situaciones. Lo olvidamos cuando estamos en conflicto. Creemos que es para todos los demás, excepto para nosotros, cuando estamos deprimidos. Y cuando estamos preocupados o estresados, parece que no podemos encontrar, mucho menos pensar, en la bondad de Dios, incluso cuando está justo frente a nosotros esta bondad. Entonces, ¿cómo podemos confiar en la bondad de Dios cuando no lo sentimos? La Biblia nos recuerda su bondad una y otra vez: “El Señor es bueno. Su amor inagotable permanece para siempre, y su fidelidad continúa de generación en generación” (Salmo 100:5)
Enfocarnos en la bondad de Dios es muy importante para nuestras vidas porque nos da perspectiva en nuestros días más oscuros, cuando más lo necesitamos. Cuando te olvidas de la bondad de Dios, esto causa todo tipo de dificultades.
Dios quiere darte una vida de confianza, incluso en tus días más difíciles. Él quiere darte seguridad. Él quiere protegerte. Él quiere darte una vida de influencia y abundancia. Él quiere darte una vida llena de generosidad. ¿Quién no quiere eso? ¿Quién no necesita eso?
Cuando crees y entiendes la bondad de Dios, revolucionará tu vida y tus relaciones. ¡No serás el mismo(a)!
¡En este día de acción de gracias detengámonos a disfrutar de su bondad!
Francisco Dominguez.
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