Por: Gilberto Erick Watts
Comentarios: licgwatts@hotmail.com
Todos los seres vivientes estamos formados por sistemas de órganos para nuestro funcionamiento. A su vez, los órganos se forman de tejidos y estos últimos por células.
En el interior de cada célula hay pequeñísimas estructuras que primero, definen a cada una de ellas para que forme parte de un órgano determinado, pero hay otras estructuras que son comunes para todas las células del cuerpo y que especifican el tipo de ser que cada uno de nosotros somos.
Es nuestro sistema genético: DNA y RNA
El DNA y el RNA en el interior de las células, son cadenas de sustancias que están unidas como eslabones en proporción exacta y son iguales en todas las células de nuestro cuerpo.
En estas cadenas al interior de cada célula la mayor o menor concentración de esas sustancias, determinan el tipo de seres que somos.
Estas sustancias fijan el funcionamiento de nuestros órganos, la fuerza de nuestros músculos, las enfermedades que tenemos o que estamos propensos a tener y si alguna de esas sustancias se empieza a terminar o a haber demasiado, entonces vamos a padecer tal o cual enfermedad.
Lo que los genetistas nos anuncian, es que están tratando de identificar el tipo de sustancia que al acabarse nos va a enfermar, entonces buscan adelantarse a nuestro tiempo y de alguna manera proporcionarnos esa sustancia para que no tengamos la enfermedad que vamos a padecer en el futuro.
Sin embargo, este proceso de investigación no termina solamente al identificar las sustancias que nos van a hacer falta, sino que el otro peligro, es que en este proceso se puede experimentar, al agregar sustancias que pueden alterar, tanto a nosotros como a nuestras generaciones venideras, esas cadenas alteradas del DNA y RNA y con ello se empiece a desviar la conformación natural de nuestro cuerpo y nuestro organismo.
Lo mejor sería que poco a poco fuéramos logrando inmunidad para las enfermedades programadas en nuestro futuro y es nuestra más grande esperanza, pero si con un experimento infortunado o con un experimento mal intencionado, se llega a alterar las cadenas DNA y RNA en una persona, luego en una familia y en una sociedad y así en adelante, estamos frente a un grave problema que puede afectar el futuro de la humanidad.
Durante estos últimos años, ha surgido una nueva materia que se llama BIOÉTICA y ésta puntualiza la necesidad de que moralmente se instruya a los investigadores para una investigación responsable, pero a la vez esta nueva materia ordena, que se instituyan en todos los países del mundo oficinas especializadas que controlen, guíen y autoricen los rumbos de la investigación genética.
Tenemos grandes esperanzas para el futuro, pero también estamos frente a un grave riesgo de que a alguien se le ocurra construir unos modernos Frankenstein cuya composición celular llegue a marcar la mutación o incluso el extermino de la especie humana.
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